En su derrota más dura en un Grand Slam, el tenista español Carlos Alcaraz sufrió la noche del jueves una chocante eliminación en la segunda ronda del Abierto de Estados Unidos a manos del neerlandés Botic van de Zandschulp, número 74 del ránking mundial.
Alcaraz, ganador de cuatro títulos grandes, se vio superado por sus emociones y por un tenis en estado de gracia de Van de Zandschulp hasta hincar la rodilla por 6-1, 7-5 y 6-4 ante el asombro de los miles de espectadores de la pista central de Flushing Meadows.
El español encadenaba 15 partidos ganados seguidos en torneos de Grand Slam y aspiraba a ser el tercer tenista en encadenar victorias en Roland Garros, Wimbledon y el US Open, tras su ídolo Rafael Nadal (2010) y el mítico Rod Laver (1969).
La racha acabó hecha añicos en una noche aciaga en la que estuvo completamente a merced de Van de Zandschulp, un jugador sin títulos de ATP y con los cuartos de final del US Open en 2021 como mejor resultado en un Grand Slam.
«Fue una lucha contra mí mismo. En el tenis juegas contra alguien que quiere lo mismo que tú, ganar el partido, pero hoy en mi mente estaba jugando contra el oponente y contra mí mismo. Fueron muchas emociones que no pude controlar», reconoció Alcaraz en un ejercicio de autocrítica en la sala de prensa.
«No estoy bien»
A sus 21 años, el prodigio español lucía una fiabilidad a prueba de bombas en los Grand Slams, con nueve torneos consecutivos alcanzando como mínimo los octavos de final.
La última vez que el jugador de El Palmar se despidió en una segunda ronda de un torneo grande fue en 2021, el año en que comenzó a competir en los cuadros principales, frente al segundo sembrado de Wimbledon, Daniil Medvedev.
El US Open, además, es un escenario muy especial para Alcaraz donde en 2022 conquistó su primer Grand Slam y se erigió en el número uno más joven de la historia.
Pero en esta ocasión el apoyo incondicional del público de Flushing Meadows no le sirvió para recuperarse de su desgaste emocional, después de grandes decepciones sobre todo en los Juegos Olímpicos de París.
Formando pareja con Nadal, Alcaraz se quedó lejos del podio en los dobles olímpicos y después perdió en la final individual ante Novak Djokovic.
Tras París, Alcaraz fue apeado en su estreno en el Masters 1000 de Cincinnati y por primera vez se le vio destrozar una raqueta contra la pista de rabia.
«El calendario del tenis es tan apretado. Me tomé un pequeño descanso después de los Juegos y pensé que fue suficiente pero probablemente vine aquí sin tanta energía como la que pensaba», afirmó.
Tras las victorias en Roland Garros y Wimbledon «creí que había dado un paso adelante. Para ganar grandes cosas hay que estar duro de cabeza, pero vine a esta gira y di pasos hacia atrás», señaló. «Mentalmente no estoy bien, no estoy fuerte, ante los problemas no sé controlarme y eso es un problema».
Actuación irreconocible
Las primeras señales de alarma saltaron en la mayor pista del mundo cuando Alcaraz entregó el primer set en sólo 31 minutos, sin lograr un solo golpe ganador, frente a un Van de Zandschulp muy seguro al servicio y la devolución.
«Traía mucha confianza del último partido, en el que jugué muy sólido, y hoy desde el primer golpe creí que tenía una oportunidad», afirmó el neerlandés.
En la segunda manga el español recuperó sensaciones y, tras varias brillantes finalizaciones, dejó entrever alguna sonrisa.
El público estaba listo para embarcarse en la remontada pero el juego de Alcaraz seguía irreconocible y Van de Zandschulp conservaba su enorme eficacia.
Con una doble falta, la primera del partido, Alcaraz le puso en bandeja al neerlandés el quiebre decisivo para anotarse la segunda manga.
Alcaraz estaba obligado a remontar dos sets en contra por primera vez en su carrera, después de siete intentos fallidos.
El español hizo varios amagos de reacción en el tercer set, con puntos que despertaron a los aficionados cuando se acercaba la medianoche, pero resultaron insuficientes para cambiar la dinámica del partido.
Van de Zandschulp conservó la sangre fría y la eficacia hasta provocar un terremoto en el último Grand Slam de la temporada, donde Novak Djokovic y Jannik Sinner se quedan como los grandes favoritos al triunfo