Al menos 30 personas murieron el miércoles en una estampida en Prayagraj, una ciudad del norte de la India que acoge el peregrinaje hinduista del Kumbh Mela, con una afluencia prevista de 400 millones de fieles.
Este gran evento religioso, presentado como la mayor concentración humana del planeta, congrega cada doce años a multitudes de fieles hinduistas que se bañan en la confluencia de dos ríos sagrados para expiar sus pecados.
«Treinta fieles fallecieron, lamentablemente», indicó en conferencia de prensa el oficial de policía Vaibhav Krishna, añadiendo que 90 heridos fueron llevados a un hospital.
En el lugar del accidente, entre un cúmulo de ropas, zapatos y otras pertenencias abandonadas, miembros de los equipos de rescate y peregrinos estuvieron evacuando a las víctimas.
A un kilómetro de allí, junto a una enorme tienda habilitada como centro de atención sanitaria durante el festival, decenas de familiares esperaban impacientes noticias de las víctimas.
La oficina del primer ministro indio, el nacionalista hindú Narendra Modi, emitió un comunicado para expresar su «más sentido pésame» a las familias de las víctimas.
Peregrinaje masivo
La jornada del miércoles era una de las más destacadas de este festival. Según el rito, hombres sagrados con túnicas de color azafrán tenían que conducir a millones de personas en procesión. Hacia la confluencia de los ríos sagrados Ganges y Yamuna.
Aunque este ritual quedó anulado, millones de personas se bañaron igualmente en las aguas sagradas a lo largo de la mañana, dijo el gobierno local de Uttar Pradesh.
Según la tradición hinduista, este baño permite limpiar los pecados y liberarse del ciclo de renacimientos y reencarnaciones.
Según testimonios recogidos por la AFP, el accidente ocurrió poco después de las 02.00 (20.30 GMT del martes). Cuando los fieles se dirigían a las orillas de los ríos para el primer baño matinal.
«Las rutas estaban bloqueadas. De repente, la gente empezó a empujar y muchas personas fueron aplastadas», relató Malti Pandey, un hinduista de 42 años, a AFP.
«Cuando la multitud se despejó, las personas ancianas y las mujeres habían sido aplastadas, nadie las ayudó». Eso dijo de su parte Renu Devi, de 48 años.
Pancham Lodhi, llegado del estado de Madhya Pradesh en el centro de India, perdió a una familiar en el accidente. «Mi nuera fue pisoteada. La ayudamos, así como a su hija de 15 años. La hija sobrevivió, pero mi nuera está muerta», explicó.
Tras la catástrofe, numerosos peregrinos decidieron marcharse prematuramente del festival. «Mi familia se ha asustado, así que nos vamos», dijo Sanjay Nishad a la AFP.